Diferencia entre leasing y renting

Sin lugar a dudas, la dinámica de la economía es principalmente originada por el ejercicio de la compra–venta de bienes y servicios, peor también forman parte de estos los financiamientos.

Estas operaciones corresponden a una disposición del mercado abierto para darle legalidad a las organizaciones dedicadas a esta actividad para proveer recursos a cambio de lucro.

Ahora bien, además de los bancos, existen actualmente otras entidades capaces de ofrecer servicios de financiamiento para la obtención de un inmueble, vehículos o equipos de tecnología.

De acuerdo con su modelo de oferta y otras  cualidades propias de para cada uno, las ventajas y desventajas pueden ser sujetos de subjetividad, según quién aplique y el objetivo que persiga.

Partiendo de este principio, vamos a definir y delinear las características correspondientes a estas dos opciones que se denominan renting y leasing, para darte la opción de elegir informado.

Conceptos

Ambos conceptos se refieren a opciones de alquiler de bienes a largo plazo –de uno a cinco o seis años–; no obstante, son diferentes respecto al público al que están dirigidos, entre otros datos muy específicos.

De esta manera podemos iniciar mencionando que el leasing es una forma de contrato en el que se le concede a una entidad empresarial un bien particular durante un tiempo acordado en calidad de alquilado.

Mientras tanto, el renting se refiere a otro método de contrato cuya oferta está disponible a cualquier sujeto –empresa o particular– con objetivos básicos similares: alquiler de un bien durante el tiempo estipulado.

Este hecho puede ser la primera carta a favor de una u otra opción de financiamiento, pero no es la única condición que determinará cuál sea la que resulte más conveniente en la búsqueda de un beneficio mayor.

Para esto, hay que estudiar a fondo cada una: oferta detallada, cláusulas dispuestas, montos de las cuotas en comparativas similares y demás aspectos que puedan influir en una decisión mejor acertada.

Características del leasing

El leasing responde a una ideología de capitalismo en el sentido más amplio de la palabra, desde la imposición de estar disponible solo para clientes jurídicos – seguridad – hasta los matices de propiedad privada que ofrece.

Dicho de otra forma, el leasing, si bien se presenta como una opción de financiamiento en el que quien alquila debe cumplir con cuotas establecidas durante el tiempo que dure el contrato, también da opción a compra.

Como norma general esto se da solo al final de un primer contrato, pagando la  diferencia que reste en cuanto al valor del bien, si es que así lo desea el cliente. De lo contrario puede iniciar un nuevo contrato y condiciones.

Partiendo del mismo principio, el leasing te ofrece la experiencia completa de propietario desde el inicio del acuerdo, otorgándote todas las responsabilidades derivadas por mantenimiento, gastos regulares e imprevistos.

También se contempla esta opción dentro de las obligaciones fiscales, de modo que el inmueble deberá ser presentado como un activo dentro del balance empresarial, así mismo la deuda será parte de pasivos a largo plazo.

Además, al tratarse de un financiamiento, cuyo objetivo ideológico –aunque no siempre se cumple– sea la adquisición final del bien, los intereses pueden sufrir ajustes a lo largo del contrato, es decir un aumento de cuotas.

No obstante, debe ser estudiando en base a la utilidad, depreciación o devaluación del bien por el que hayas iniciado el contrato, excepto en el caso de inmuebles, pero esto representa un mercado menos frecuente de leasing.

Regularmente, este mercado está orientado a ofrecer bienes nuevos, principalmente orientado a vehículos, botes, aviones, equipos tecnológicos y otros que puedan derivar en el desarrollo de alguna actividad económica.

Características del renting

En cuanto a la disposición de beneficios ofertados por el renting, básicamente se entiende que son opuestos al leasing, no obstante, vale la pena desarrollarlos para una mejor comprensión de la propuesta de esta opción.

La finalidad del renting no tiene aristas complementarias o propuestas que se extiendan más allá del alquiler de algún. En este sentido, lo que se quiere explicar es que no existe una opción a compra al finalizar el contrato.

Como opciones tras el tiempo de duración el cliente puede solicitar una prórroga, devolver el bien y sustituirlo por otro nuevo, mejor o de diferente categoría o simplemente dar por terminada la relación con la empresa.

Hay que recordar que cuando se hace referencia a empresa nos estamos refiriendo a la oferta de renting, ya que el cliente bien podría serlo o tratarse de una persona particular, una cualidad que se definió con el concepto.

Desde este principio de alquiler, es la empresa como propietaria del bien a quien le corresponderá corres con todos los gastos generados, ya sean de mantenimiento, los gatos regulares o imprevistos que puedan surgir.

Puede entenderse esto como una ventaja o también jugar en contra, ya que incurre en cuotas más elevadas en comparación con las oferta de un alquiler similar por leasing, dependerá del tipo de las salvedades.

Bajo la misma línea se ubican las obligaciones fiscales, donde quien alquila no tiene ninguna responsabilidad sobre el bien, de modo que no formará parte de sus activos, y las cuotas tampoco representarán un pasivo.

Además, en este sentido, las cuotas no sufrirán ningún cambio durante el tiempo que dure el contrato, sin embargo esto también influye en las ofertas que pueden reducirse a solos dos años, dependiendo de la empresa.

Originalmente, este modelo de alquiler está diseñado para aquellas personas que desean contar con bienes nuevos y en perfecto estado de manera constante, inclusive aunque represente un cambio de forma frecuente.

Una nota a acotar al respecto es que al igual que en el leasing, la oferta solo presenta modelos nuevos de los diferentes conceptos en los que se pueda definir la oferta: vehículos, equipos, maquinaria y otros personales.

No obstante también puede presentarse el tema de apartamentos, pero es menos común en este tipo de empresas que buscan una solvencia menos permanente en cuanto a los gastos que así mismos les representaría.